Carta de amor
Habitación blanca,
olor a vida,
y yo, tan cerca de vosotras,
y sin embargo,
no os puedo tocar.
Noche larga de invierno,
fría, oscura, llena de peligros.
El gélido viento maltrata mi cansado rostro.
El lobo aúlla quebrantando el silencio de la noche.
Tengo miedo hijas mías,
sé que estáis ahí,
no os veo pero os siento
y sin embargo,
no os puedo tocar.
Arrulladme hijas mías,
y liberadme del hielo,
os siento
y sin embargo,
no os puedo tocar.
Torrelodones, 29 de Noviembre de 2007